Perpetuidad, video-instalación de telas suspendidas sobre la que se proyectan imágenes y se multiplican sus reflejos, despliega el fluir del tiempo entre los ciclos de historias de vida y la continuidad de las generaciones que se reúnen en el presente. En la pieza, se retratan los rostros de la abuela y de su nieta como reflejos que se ondulan sobre el agua y se mueven al ritmo de gotas que se van diseminando en la densidad del lienzo.

Photoderma III consiste en una serie de animación de dibujos, filmados en 16mm, que se enmarcan en láminas de plexiglás y se instalan como cuadros suspendidos en el espacio. La instalación proyecta la película en movimiento sobre el cuadro, a la vez que el cuadro está compuesto del material físico y de los fotogramas separados en quietud de la misma película.

La video-proyección está compuesta de cincuenta imágenes de mujeres desaparecidas en México de los últimos decenios, todas ellas refotografiadas bajo el anuncio de “Se busca.”

Se trata de una video instalación que proyecta en una pantalla circular las imágenes que se reflejan sobre un espejo esférico, ante todo, la imagen de la Piedra del sol y de todos sus símbolos derivados, reintepretados en el mundo mexica contemporáneo. La obra se enfoca en la Leyenda de los soles, representada en el monolito del calendario, y reactiva los mitos y símbolos en las prácticas actuales o reactualizadas de los tiempos de los aztecas, a la vez que retrata a los protagonistas, bajo los reflejos circulares del sol sobre sus rostros. Todo el material audiovisual se filmó en 16mm, y luego con la imagen de la Piedra del sol fue pintado a mano.

Se trata de dos llantas de caucho que emulan el símbolo reciclado del juego de pelota, serialidad de lo prehispánico, arqueología del objeto cotidiano convertido en grabado ancestral y en huella de su camino inmemorial.

La instalación consiste en una serie suspendida de carpetas de papel picado, que ilustran a los cuerpos apuntados al tiro al blanco, pero que al proyectar sus sombras se vislumbran en su ausencia, transfigurados en signos calavéricos de muerte.

La pieza intenta reflexionar sobre el tráfico y el empoderamiento de las armas, empoderamiento inmediato, pasajero y aspiracional que convierte en héroe a todo aquel que dispara y a los que ven en el ojo voyerista de un espectáculo miserable.

Son un conjunto flotante de carpetas de papel picado, simulando un ambiente marino de anémonas de luz. No sólo anémonas, sino también embarcaciones, oleaje que finca en la cultura del mestizaje de los colores y de las formas, del encuentro entre los mundos en el que quedan inmersos los espectadores.

A Barragán, el arquitecto colorista
Una construcción translúcida,
Tradición mestiza que viene de Oriente, pasando por España,
Y que, con origen en China, se encontró con el árbol amate.
Un mestizaje hecho de apropiación y resistencia,
De aporte y reciclaje,
Movimientos incesantes que deambulan entre lo real y lo simbólico,
Finos papeles que abordan el espacio tridimensional,
De la sombra de la geometría de los sitios arqueológicos
A los jardines de la Alhambra,
De la espiritualidad de Barragán a los colores del arte popular:
Toda una floración de una rica amistad como la de Barragán y Chucho Reyes.
Papeles que siembran flores en el aire,
Racimos que ondean frente a la pureza de los conventos hechos de puertas y ventanas,
Jardines flotantes de papel,
Una arquitectura de patios cuadrados,
Recipientes de aromas, sombras y color,
Enredaderas que trepan, crecen y renacen,
Finísimo epitelio de alegría y fiesta,
Piel fina y frágil que nos recuerda la enorme resistencia
De la celebración colectiva de la humanidad.
Betsabeé Romero, 2019